En Huerta del Perigall practicamos agricultura de conservación.
¿Cómo lo hacemos?
Pues entre otras prácticas, utilizamos cubierta vegetal en nuestros campos de cultivo de árboles frutales las cuales colocamos entre hilera e hilera de árboles.
Una cubierta vegetal es un manto vegetal formado por plantas vivas o restos de plantas muertas (rastrojo) que se aplica formando una capa sobre la tierra desnuda, para proteger el suelo tanto de la erosión como de la destrucción de los microorganismos beneficiosos del suelo, así como para reducir la evaporación.
La cubierta vegetal puede estar formada por especies concretas sembradas para dicho propósito o dejar crecer la vegetación espontánea.
Sobre dicha cubierta se realiza un control y seguimiento para que no compita con el árbol por el agua y los nutrientes presentes en el suelo.
Tras la siega, la cubierta puede incorporarse al suelo mediante un suave laboreo o dejarla en la superficie de manera que actúe como acolchado.
Las cubiertas vegetales facilitan el paso sobre las parcelas tras la lluvia y facilitan el control de las malas hierbas.
La intención es crear un suelo vivo, donde cultivos, flora y fauna autóctona convivan en armonía.
En Huerta del Perigall utilizamos cubierta vegetal tanto de plantas sembradas como espontáneas.
Para la cubierta plantada utilizamos semillas de Festuca Arundinacea, Medicago Sativa y Onobrichis Viciifolia. Estas plantas se ha comprobado que se adaptan perfectamente a las cualidades de la tierra de la zona donde se encuentran nuestros cultivos.
Son muchos y relevantes los beneficios de su utilización:
Mejoran la estructura del suelo al protegerlo contra la erosión, mejoran la infiltración, hacen de barrera contra la escorrentía y fijan la tierra con las raíces que, además, al penetrar el suelo compactado favorecen la creación de macroporos.
Mejoran el equilibrio hídrico al mejorar el almacenamiento de agua, aumentar la infiltración y disminuir la evaporación en épocas de calor. Un terreno desnudo al sol queda expuesto a sus efectos: evaporación, formación de grietas y endurecimiento.
Mejoran el contenido de materia orgánica al preservar la cantidad de macro y micro nutrientes para el cultivo.
Actúa positivamente en el control de plagas y enfermedades al aumentar la biodiversidad vegetal y potenciar la diversidad de alimento y microhábitats que favorecen la aparición de enemigos naturales de los organismos perjudiciales para los cultivos.
Todo cuidado es poco para mimar nuestros campos y enriquecer la tierra donde cultivamos nuestras frutas y verduras ecológicas, siempre de forma natural y respetuosa con el medioambiente y la salud del ser humano.