Comer sano para trabajar mejor

A continuación, identificamos los benefícios de que los empleados tengan una alimentación saludable en su puesto de trabajo.

Aumenta la productividad y la rentabilidad.
Encuestas a empleados relacionan una nutrición saludable en el trabajo y el incremento del rendimiento laboral. Una nutrición inadecuada puede llegar a provocar un descenso de la productividad de hasta un 30% y fomentar el consumo de alimentos de calidad así como una hidratación adecuada inciden en el bienestar, provocando un aumento de la productividad del 30%.

Mejora la reputación de la empresa y el orgullo de pertenencia entre los empleados.
Según el 87% de las empresas españolas, la salud y el bienestar en el lugar de trabajo son aspectos importantes a la hora de atraer y retener el talento. Los trabajadores valoran muy positivamente que una empresa se preocupe por ellos.

Mejora la salud de los trabajadores y reduce el absentismo.
No prestarle atención a una alimentación saludable da lugar a comidas rápidas de baja calidad o mal equilibradas nutricionalmente que pueden provocar problemas de sobrepeso y obesidad. Esto se relaciona con patologías, siendo más vulnerables a las enfermedades y, por lo tanto, a mayor probabilidad del incremento en las bajas laborales.

Mejora el clima laboral, la motivación y reduce el cansancio.
Entornos que fomentan una alimentación sana y segura, así como espacios que facilitan encuentros con compañeros o momentos de descanso, favorecen un ambiente laboral óptimo, potenciando la energía, el optimismo y la autoestima.

Promueve hábitos de vida saludable a los empleados.
Los empleados agradecen que la empresa facilite información sobre alimentación saludable en el lugar de trabajo, siendo el entorno idóneo para transmitir hábitos saludables que pueden aplicar en la vida cotidiana.

 

«Teniendo en cuenta la coyuntura en la que vivimos y los beneficios de adoptar unos hábitos saludables, ha llegado el momento de apostar por una alimentación saludable para tus trabajadores.»

 

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), comer mal puede disminuir hasta en un 30% la productividad laboral. “Una alimentación insuficiente o inadecuada pueden provocar hipoglucemias y afectar a la concentración. Aumenta el riesgo de obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión y otras afecciones que tienen gran impacto en el absentismo laboral”, alerta Susana Santiago, profesora del grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Navarra.

Una dieta rica en verduras, frutas, legumbres, cereales integrales o pescado es el mejor antídoto frente a estos problemas. Aunque poder seguirla a rajatabla en el trabajo ya es otro cantar. Escasez de tiempo, comidas de negocios, ausencia de espacios específicos para comer o calentar comida… Estas barreras provocan desequilibrios alimenticios que afectan al rendimiento intelectual, anímico y físico del trabajador. “Solemos pasar las primeras horas del día con déficit calórico y tímidos niveles de azúcar en sangre. Por el contrario, la segunda mitad de la jornada suele caracterizarse por una congestión digestiva, hinchazón y sopor debido a una ingesta de alimentos excesiva en la comida. Ambas situaciones son desaconsejables”, advierte Marta Gámez, directora técnica del Grupo NC Salud.

Información extraída de:
– Estudio “Nutrición Saludable en el Workplace” (primer estudio multidisciplinar sobre nutrición en el lugar de trabajo hecho en España realizado por ISS Iberia)
– Organización Internacional del Trabajo (OIT)
– Organización Mundial de la Salud (OMS)

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